Érase una vez
En el 91, el rey de Roma Saneyro decidió que sus tres hijas, ya con 31, 23 y 11 años pudieran irse del Castillo Malistes. Sus palabras no fueron bien recibidas por la noble familia. Los guardias Amed, Bermin y Aladin se lo dijeron a las tres hermanas y se apenaron al verlas llorar. Por eso fueron a consolarlas y para ayudarlas les preguntaron si se querían ir a su país, Fantasía. A ellas les alegró mucho y esa misma noche se marcharon. Llegada la hora se deslizaron despacio por una cuerda bien fuerte, despacito sin hacer ruido. Sin embargo, el rey que se paseaba, por sus jardines les descubrió. A las princesas apenas les dio tiempo pero consiguieron subir a lomos de sus caballos Trueno, Bengala y Azúcar y salieron al galope.
En el 91, el rey de Roma Saneyro decidió que sus tres hijas, ya con 31, 23 y 11 años pudieran irse del Castillo Malistes. Sus palabras no fueron bien recibidas por la noble familia. Los guardias Amed, Bermin y Aladin se lo dijeron a las tres hermanas y se apenaron al verlas llorar. Por eso fueron a consolarlas y para ayudarlas les preguntaron si se querían ir a su país, Fantasía. A ellas les alegró mucho y esa misma noche se marcharon. Llegada la hora se deslizaron despacio por una cuerda bien fuerte, despacito sin hacer ruido. Sin embargo, el rey que se paseaba, por sus jardines les descubrió. A las princesas apenas les dio tiempo pero consiguieron subir a lomos de sus caballos Trueno, Bengala y Azúcar y salieron al galope.
Sakura, Saira y Taeko, que así se llamaban las princesas, no llegaron a Fantasía porque se perdieron en el bosque Troilandia. Un bosque tenebroso, oscuro y frío, donde habitaban los trolls. Ellas buscaron un refugio donde guarecerse y se metieron en una cueva. Allí vieron una especie de lago subterráneo con agua roja. De la superficie comenzaron a salir burbujas y más tarde un cuerpo que resultó ser un trol de gran tamaño, feo y de color verde que quería comérselas. Ellas corrían por el bosque de un lado para otro pidiendo auxilio. Entonces los guardias oyeron sus gritos y fueron en su busca pero Azúcar se hizo daño en la pata trasera y tuvieron que detenerse para curarlo. Mientras las otras dos hermanas fueron a buscarla, los guardias consiguieron derrotar al troll. Ya con Azúcar curado llegaron a Fantasía y se casaron y vivieron felices y comieron muchas perdices.
Escrito por: Mª José López, Andrea Úbeda y Elisa Díaz.
(Nota: Las autoras escribieron este texto al inicio de 4º de Primaria. Fue publicado en el Suplemento de Educación del periódico IDEAL, pero sin foto. Por eso lo recuperamos al tiempo que les animamos a seguir escribiendo en este blog).
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