Era la víspera de Navidad, todos estaban preparando los banquetes, colgando adornos y cintas
blancas y rojas, limpiando cada rincón de nuestra gran casa mientras que yo estaba jugando con mi perro Kiko.
Al cabo de un rato, me entró hambre y decidí bajar a picotear algo. Bajando por la alfombra dorada, destacaba que estaba muy brillante.
-¿Tanto habrán limpiado?_pensé. Cerca del ventanal, vi a mi abuelo Ted suspirar tristemente.
-¿Que te pasa abuelo?_pregunté.
-¿Eh? Na..Nada Sara._tartamudeó.
_Pareces preocupado._Repliqué
_Vamos a dar un paseo por la playa?_ hace una noche estupenda._Comentó
_ De acuerdo_respondí. Anduvimos bastante rato hasta que mi abuelo suspiró de nuevo.
_Venga, abuelo, dímelo_insití.
_De acuerdo, te lo diré. Resulta que...
_¿De donde viene ese melancólico canto?_pregunté con voz asustadiza.
-Tranquila, no pasa absolutamente nada. Ahora te voy a explicar por qué se oye ese canto.
Hace muchas decadas, en el lugar de nuestra casa, había un enorme castillo. En el castillo habitaba toda una familia real: un rey, una reina y una princesa. Por otra parte estaban los sastres, los mayordomos, los cocineros, los guardianes y las limpiadoras.La pieza más importante era la joven princesa. Se llamaba Clara, poseía unos ojos azules cristalinos y de pelo rojizo y corto.
Le gustaba la brisa fresca del mar, el cielo con su tranquilidad y la delicada noche con sus misteriosas estrellas. Ella siempre salía a pasear por la esponjosa arena de la orilla, sintiendo
la espuma de las olas al chocar con sus pies. También solía leer libros por la noche, libros sobre el mar.
-¿Por qué solo los leía por la noche?_interrumpí
_Porque según ella, la noche era el momento mágico del día._Aclaró.
-¡Sara, papá, venid que ya es muy tarde!_ordenó mi madre.
_Mañana me lo segirás contando, ¿verdad?
_Pues claro que sí, Sara.
FIN de la 1º parte
Carmen Sánchez Polo
jueves, 2 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario