El pasado sábado 8 de Noviembre, fui a visitar junto a mis padres la recién inaugurada cuarta fase del Parque de las Ciencias.
En la entrada está expuesto el primer coche fabricado en serie, un "Ford", y no os lo imagináis, se arranca dándole a una manivela.
A la entrada de la sala de autómatas hay un robot, que lo mismo te recita el Quijote, que te imita a un alienígena. Ya dentro de la sala, seguí un recorrido precioso de figuras en acción. Me moría de ganas de llegar a la sala del cuerpo humano, pues ya este verano dijeron en las noticias que la ballena que desgraciadamente falleció en "Matalascañas", al no poder salvarla, sirvió para la ciencia y su esqueleto y corazón vendrían a este Parque. Su corazón es enorme y a su alrededor había otros corazones de distintos animales para comparar tamaños.
Más tarde, en el taller de rapaces, vi el vuelo de águilas y halcones. Lo que mas gracia me hizo fue la explicación que dio la monitora para distinguir entre halcones y águilas, sus palabras fueron:
-Las águilas tienen el pico largo, la cabeza aplastada y cejas prominentes dándole su cara de "mala leche". Eso fue lo que me gustó a mi, y a vosotros...
Por Ángela Crespo Contreras
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